La terapia de grupo es un entorno privilegiado para tratar las dificultades en las relaciones sociales, si bien personas con otro tipo de problemas pueden beneficiarse igualmente de ella.

El grupo es un espacio semanal de encuentro y de aprendizaje práctico sobre uno mismo y sobre los demás, coordinado por un terapeuta especialista.

Cada persona acude a las sesiones con su manera peculiar de relacionarse y con su particular estado de ánimo, para entrar en contacto con otras personas en la forma en la que habitualmente suele hacerlo,  pero –a diferencia de lo que sucede en el mundo exterior-  en la terapia se comparte y analiza lo que cada uno siente en la interacción, de manera que se facilita la toma de conciencia sobre cómo nos ven y nos sienten los demás. Todo ello se desarrolla en un clima de confidencialidad y comprensión en el que cada miembro experimenta la satisfacción de ayudar y ser ayudado mediante una comunicación abierta y sincera.

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De esta manera, el grupo se vivencia como un espacio de protección que facilita el crecimiento y el cambio, un lugar seguro en el que animarse a experimentar de forma práctica nuevas actitudes y maneras de actuar que se irán trasladando progresivamente al mundo exterior para alcanzar un mayor grado de bienestar personal y social.